"Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice" Isaías 43:7



viernes, 19 de agosto de 2011

LA FIESTA DE PENTECOSTÉS

La fiesta de Pentecostés o de los primeros panes (Shavouth) (Lv. 23:15-22)

  1. Como la ofrenda de la primicia al final de la celebración de los panes sin levadura representa el principio de la siega, así el Pentecostés es la celebración del fin de la estación de la siega.
  2. La fiesta no tiene nombre en este pasaje. En el Antiguo Testamento está designado por varios nombres.
·        La fiesta de las semanas (Ex. 34:22),
·        La fiesta de la siega (Ex. 23:16), y
·        El día de las primicias (Nm. 28:26).
  1. Es el único sacrificio que permitía pan con levadura.
  2. Esta fiesta se encuentra como un eslabón de unión entre las tres fiestas en la primavera y las tres fiestas en el otoño.
  3. En la actualidad, los judíos festejan este día como Fiesta de la Legislación en el Sinaí, ya que según la tradición pasaron cincuenta días entre el Éxodo de Egipto y la recepción de los mandamientos en el Sinaí.

Particularidades de la fiesta.

  1. Los dos panes con levadura representan la futura división de Israel en dos. En Hch. 2, vemos un remanente de israelitas de ambas casas morando en diversos lugares que se convierten en una sola ofrenda unida de las primicias del trigo, mediante la llenura del Espíritu Santo como sello de su fe. La levadura, prefigura el hecho que aunque redimidos por la preciosa sangre pascual de Jesús, las dos casas de Israel, todavía contienen grandes cantidades de levadura. De ambas casas, solo un remanente creyente (Ro. 11:5) llegaría a ser la nueva masa sin levadura del Nuevo Pacto en la mano de Jesús. (Ez. 37)

Importancia para la iglesia.

  1. La proyección de esta fiesta, en su cumplimiento en el Nuevo Testamento, la podemos ver de la siguiente manera:
·        La primicia de la cosecha: La venida del Espíritu Santo (Hch. 2:1-4).
·        La fiesta de Pentecostés: La gran cosecha de Dios (Hch. 2:36-42).
  1. La semilla del mensaje de salvación que Jesús presentó como la semilla de la Palabra de Dios, había traído su primer fruto. En un día, tras la predicación de Pedro, cerca de tres mil almas fueron agregadas a la iglesia neotestamentaria (Hch. 2:41), como Primicias de la nueva cosecha.
  2. El largo camino del grano de trigo desde la siembra hasta el rico pan (Jn. 12:24); el morir en la tierra, el nacer y crecer con lluvia y frío, el madurar en el sol y el calor; luego, el cortar y trillar, el clasificar y el moler, el amasar y el hornear en el calor del fuego, nos muestran, en forma plástica, las etapas de la vida de Jesús. Pero también ejemplifican las etapas en la vida de cada creyente, hasta que seamos agradables ante Dios, como los frescos panes, que emanan un olor agradable y que son mecidos delante de Dios. En verdad, esta es una imagen perfecta de la vida de santificación de aquellos que creen en Jesús. En Santiago 1:18 los creyentes, significativamente, son llamados Primicias de Sus Criaturas.
  3. Pero también el segundo aspecto de la celebración de la Legislación en el Sinaí se ha cumplido en forma perfecta. Justamente en el día en que Israel recordaba la legislación y el pacto en el Sinaí, Dios confirmó el Nuevo Pacto por medio del milagro del derramamiento del Espíritu Santo en forma de llamas de fuego, acompañadas por el rugido del viento y las voces en otras lenguas, lo cual produjo el asombro y el espanto de los presentes (Ex. 20:19; Hch. 2:6-7)
  4. En este contexto, es significativo que, al contrario que en el Sinaí, se escucharon muchas lenguas. El Nuevo Pacto y su mensaje, que fueron sellados en Pentecostés por el Espíritu Santo, es válido para todos los pueblos, lenguas y naciones, lo cual fue indicado por las muchas lenguas. Aquí es necesario enfatizar que no se trató de un vulgar hablar en lenguas, sino de un milagro extraordinario en el que cada cual podía comprender lo dicho en su propio idioma. Dicho sea de paso, esto también es una señal de que la maldición de la confusión de las lenguas es quitada por Cristo.
  5. Esta cuarta fiesta, que se encuentra, separadamente, entre las tres fiestas en la primavera y las tres en el otoño, es como un eslabón de unión entre el principio y el tiempo final, y hace referencia a la Iglesia de Jesús, la cual incorpora este eslabón de unión entre el Antiguo Pacto y el comienzo del Reino de Dios.

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